martes, 31 de octubre de 2017

Márchate

Hoy me veo aquí sentado escribiendo a algo ficticio. Me encuentro escribiéndote a ti. Estoy cansado de buscarte. Estoy harto de caer en tu trampa, de resbalar, tropezar, perder el rumbo... Solo quiero que dejes tu vaivén, que no te pares a vacilar ni un momento más. Que no te vuelvas a separar de la mano que te brindé, que no te vuelvas a reducir a cenizas mientras te disfruto.

Juro haberte visto en numerosos lugares. Te recuerdo en aquel juego infantil, en la sonrisa de aquella chica, en la loca noche de bebidas en la que te desvaneciste...

¿Y sabes? Te has reído tanto de mí, me has abandonado tantas veces... Quiero que cojas tu maleta de sonrisas y te marches, no te atrevas a volver jamás. Ahora soy amigo de la tristeza, de la soledad, de la amargura. Tú ya no eres más que algo inexistente para mí, da la vuelta y marcha por tu ahora solitario camino de felicidades rotas y sonrisas obligadas.

Alberto Díaz Moreno
Bachillerato


miércoles, 18 de octubre de 2017

El mundo y The Punisher

Hace poco decidí revisar la serie de comics bajo el nombre The Punisher Max y me sorprendió mucho el tratamiento del mundo y el lenguaje que utiliza para plasmarlo. Pero antes, un poco de contexto sobre quién es The Punisher y la saga The Punisher Max.

Frank Castle es un ex marine que había participado en la guerra de Vietnam, tenía una vida normal con esposa e hijos hasta que estos murieron en un fuego cruzado entre mafiosos en Central Park, quedando Frank como único superviviente. Tras varios meses desaparecido resurge con el alias de The Punisher, librando una guerra contra la mafia y cualquiera que merezca ser castigado.

En la historia Max Punisher lleva treinta años aproximadamente en una guerra constante contra la mafia. Al contrario de otros superhéroes con límites morales, Punisher solo entiende como regla no matar a inocentes, entendiendo por inocente aquel que no ha cometido ninguna maldad (visto desde el punto de vista del propio Punisher).

Teniendo claro lo básico, es momento de tratar el podrido mundo que describe la serie Max. En primer lugar, la violencia es coherente con la realidad que vive Punisher con gente que ha hecho cosas horribles y donde la inocencia es algo prácticamente inexistente. En segundo lugar, el personaje es así porque ha sido moldeado a golpes, es una víctima más. Y en torno a eso giran todos los personajes, que son aplastados por el mundo y por la violencia que se ejerce. No hay nadie que sea bueno, casi todos tienen algo malo.

Llegados a este punto es necesario comentar el diseño artístico, la paleta de colores, la caracterización de los protagonistas… todo es parte del carisma y aura de la obra. Los propios dibujos de los personajes son muy representativos, pues desde el momento en el que los ves te das cuenta de que la vida no está hecha de blancos y negros. Todos los mafiosos tienen la cara con rasgos muy parecidos: de no ser por el parche en el ojo, no distingues a Nick Furia de Punisher, y los tipos más desquiciados, los más apaleados por el mundo tienen rasgos suaves…

Las escenas de pelea son gore, los diálogos son sucios, colmados de tacos, el comic no censura nada, porque la vida de los personajes es así. Frank ve escenas de destripamientos y gente quemada viva y no se inmuta, es más, la mayoría de estas situaciones son provocadas por el propio Punisher.

La vida es cruel y la visión de la novela gráfica es así porque, en mayor o menor medida, es un reflejo. Puede que The Punisher Max no sea la obra más profunda o la más trascendente, pero puede hacer reflexionar a más de uno.

Juan Mateos
Bachillerato




miércoles, 4 de octubre de 2017

Pararse a disfrutar

Frente a todos los agobios que produce la dinámica de Madrid, contrasta la paz que encuentro en mi habitación al caer la silenciosa noche. Aunque sea pequeña y esté abarrotada de trastos (tanto, que a veces parece que ha pasado por allí un terrible tornado), solo hacen falta dos cosas para convertirla en el único lugar en el que se puede entrar y buscar en el baúl de los recuerdos. Únicamente basta con encender esa tenue luz que, sin avivar totalmente la completa oscuridad, me permite encontrarme conmigo mismo y que ese momento sea un intento más de dar respuesta a mis preguntas vitales. Además de encender esa pequeña lámpara, también necesito de la compañía de una suave melodía; es increíble que a partir de un solo click pueda conocer a los grandes compositores, con los cuales, a partir de sus magníficas y hermosas piezas, me embarco en el viaje hacia la búsqueda del mayor tesoro jamás anhelado, y encontrado solo por unos pocos: el sentido que la existencia lleva consigo. Qué hermosos son esos momentos de silencio en los que uno llega a los más recónditos destinos de su corazón y, a su vez, qué tristeza contemplar que hayamos perdido el acto más íntegro del ser humano después de amar: hemos olvidado qué es pensar.

Ricardo Muñoz Ruiz-Dana
Bachillerato