martes, 1 de diciembre de 2015

Con el pelo en llamas

Con el pelo en llamas conocí a esa niña. No empezamos con buen pie pero pronto la tranquilidad nos conquistó. Pasamos del humo de frambuesa que no dejaba ver nuestras verdades, al muro donde clavamos nuestras inquietudes e ideologías. Un muro resguardado por una pantalla.

Con el pelo en llamas la vi. Y al verla por dentro supe sentir la bonita poesía que embaucaba sus días y noches. Al mirarla bien, con detenimiento, pude reconocer que sus pecas, juntas, formaban un milagro llamado sonrisa sobre un fondo blanco.

Con el pelo en llamas la comprendí entre jocosas risas y sinceras realidades. Supo enseñarme la relajación y naturaleza con la que hay que tomarse la ruptura de un corazón ilusionado. Con amistad me aconsejó. Y con amabilidad me regaló un objeto vulgar pero mágico para un guitarrista, una púa.

Con el pelo en llamas cantamos. Su dulce timbre acarició mi rota voz. ¡Qué arte!

Con el pelo en llamas, ahora, la admiro. La observo y noto que una parte de mi quisiera adoptarla en mi vida. Creo que sólo con mirarme sabe qué me ocurre. Perdidos en un mar de bromas y hundidos en un charco de momentos inolvidables, nos une una amistad forjada en no mucho tiempo.

Con el pelo en llamas la conocí. Con el pelo en llamas la conozco. Por favor, nunca me separen de ella.

Aarón Toral
1º Bachillerato


1 comentario:

  1. Con el pelo en llamas lloroh de la emosion al leer tu relato. Escribe más X favor

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